Haciendo un poco de turismo por Quebec en invierno no es mala idea, siempre y cuando se prevea cómo estará el tiempo, con quien se va, adónde y cómo llegar, cuándo y cómo volver, etc. De todas formas, hay que aventurarse y así lo hicimos en patota de a dos familias. Así después de tres horas de viaje y haciendo las respectivas paradas para chicos y grandes, llegamos a la Ville de Quebec, para conocer su carnaval y de paso, tomar alguna que otra foto de recuerdo. El tiempo para la época estuvo ideal, fresco pa' poncho digamos pero "frette" dirían los quebecois y quebecoises. La idea era llegar hasta el "Hotel de glace", pero debido a algún que otro inconveniente de tiempo, un poco de nievecita y vientecito de frente, decidimos que eso quedaría para después, no sea cosa que quememos el turismo de una sola ida. Así y todo pudimos conocer parte del espectacular Chateau de Frontenac y su sala de recepción. Otra cosa que me llamó la atención fue la buena onda de la gente, obvio que éramos turistas pero así y todo es bueno ser bien tratado. Y hablando de otra cosa... hay que ir preparando a las nuevas generaciones para que sean fuertes y resistan los largos paseos.
martes, 12 de febrero de 2008
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